® Jorge L. Sánchez
Las melodías, los olores y los sonidos remueven recuerdos.
¿Te ha pasado alguna vez?
Recuerdo aquella tarde con olor a lluvia de verano u otoño no recuerdo bien la transición de la temporada, pero lo que si recuerdo bien es la reunión de socios con cuaco a la orilla de la calle. Montados todos los amigos del club de caballos feroces y digo feroces porque en cada enfrentamiento se convertían en espadas, ¡SI!, Espadas, puesto que nuestros caballos eran los restos de las escobas desahuciadas de nuestras mamás. Aquellas que ya habían cumplido su proceso de desgaste y que habían sido remplazadas por una nueva escoba abundante de hebras.
Recuerdo que lo mismo paso con mi tío Lorenzo, también lo remplazo un joven en su trabajo y él se quedó a vivir tranquilo sentado en su mecedora de madera frente a nuestro club. Era el único público que disfrutaba de nuestras carreras y nuestras locas competencias.
En el carril número 1., siempre estaba el Tachuela, o sea yo, que era el fundador del club o al menos el que decidía quien era un buen socio para nuestro grupo.
En el carril 2 siempre estaba MI amigo Mario apodado la rata, y se ganó el puesto porque su papá tenía caballos de verdad y de vez en cuando me dejaba montarlos, ese era un buen punto a su favor, además su mama siempre le ponía lonche a donde fuera, ese era el sustento del club casi siempre.
En el 3 carril estaba Hector el chimo. Más callado que todos, pero muy fiel amigo. Además siempre le atoraba a todo sin importar las consecuencias, hasta se arriesgaba a recibir algunos buenos azotes de su mama Catalina.
En el 4 carril había dos que se lo peleaban a cada rato, eran los dos hermanos, Gustavo y Alejandro. El primero que llegaba alcanzaba caballo y el otro se quedaba un rato sin montar. ¿Había reglas en el club?, ¡sí!, las había.
Por su puesto nadie podía traer mejor caballo que el Tachuela por ser el Jefe. Pero no corría ningún riesgo ya que no había mucha plata para traer caballos mejores que el mío.
MI caballo no era tan sofisticado pero era el más feroz. Hecho de ramas de huisache para la cabeza y la clin y el cuerpo de corazón de palo fierro, parecía que arrastraba una varilla a cuando lo usaba. Dejaba una zanja marcada en la tierra. Y si los 4 caballos corian juntos mi caballo dejaba una marca más profunda, eso para mí era poderoso, además a la hora de los trancazos mi caballo de palo fierro hacia añicos a los pobres retadores.
Mi caballo se llamaba pinto en honor al caballo de toro el fiel amigo del llanero solitario. Y para más realismo, le pinte a mi caballo con cabeza de escoba unas manchas negras, así no habría duda de cómo se llamaba mi caballo. Luego luego al verlo, mis amigos decían, ¡Órale! pinto el caballo de toro, y yo decía, Si y ahora es mío.
Escuchando esta tarde algunas canciones viejas mientras llueve, me remonto a esos días del club y una tarde como cualquiera después de escuela llego un nuevo socio al club.
Rápidamente mi secretario Mario corrió a avisarme que teníamos un nuevo prospecto par el club y parecía que tenía lana para nuestros patrocinios.
De inmediato salte de la silla donde hacia mi tarea y corrí hasta el patio. Ahí, junto a un gran Árbol de limón estaba amarrada mi escoba,.. ¡Digo mi caballo pinto!
Un nuevo socio significaba para el club una nueva oportunidad de comer beber o estrenar algo, pero para mí significaba un reto y el peligro latente de mi posición como presidente del club.
Salí corriendo y como no podía montar a pinto dentro de la casa, me lo heche al hombro y lo saque conmigo como se carga una mochila.
MI amigo Mario ya había salido y me esperaba frente a la puerta montado ya en su cuaco azabache, más azabache de tierra que de color original. Justo llegue a un lado y rápidamente cambie la posición de mi caballo pinto, lo monte y fuimos a todo galope hasta la huerta de don Tomás donde nos reuníamos cada que un nuevo socio quería ser parte del club.
Y ahí estaba el nuevo vecino con y porte muy limpio parado y cruzado de brazos semi recargado en un árbol de tamarindo. Nos miró llegar despavoridos y agitados por la carrera y se quedó quieto sin decir una palabra.
Nos miramos de frente y supe que el peligro era latente. Sus ropas no eran para nada desgastadas. Llevaba uno de esos trajes de pantalón corto que usan los niños en algunos colegios color azul claro y una corbatilla azul marino. Al menos yo, sabía que había plata en su familia, pero vamos, eso no era importante en el momento.
¿Cómo te llamas? le pregunte sin bajar de mi caballo.
<> Respondió
<< ¿Vas llegando?>> Agregue
<> Contesto con un no muy inteligente sarcasmo.
Levante una de mis cejas mostrándole que no me había hecho mucha gracia y se calló de inmediato.
<< Porque Viniste aquí>> Pregunte de nuevo.
<< Yo no vine me trajeron mis padres>> Decía sin dejar de cruzar sus brazos y ahora tallaba el suelo con sus zapatos brillosos.
<< Mis padres jajajajajajaja!!>> Me burle <> Y todos los demás siguieron riendo,
Me puse feliz. Se la había regresado.
Reinó el silencio de nuevo y dijo. << Yo también tengo un caballo>>
<, ¿En serio? le respondí, y que quieres que le demos de comer, lo llevemos a pasear ¿o qué?, jajajaja >> Volvimos a reír y entonces él lo hizo también.
Por algún motivo no se enojó en lo absoluto. Eso me enfrió la sangre Estaba haciendo todo lo posible por empezar una pelea y el Me enseño una lección de prudencia.
Reímos entonces todos y se hizo la invitación formal.
<>
<< ¡Sí!>> Emocionado dio un salto y olvido su imagen propia bien portada. Lo observamos y reímos todos de nuevo. Por fin el Club Seria un poco más grande y tal vez en las juntas habría buen cuórum y reuniríamos más recursos para el desgaste de calorías.
A la mañana siguiente después del largo ring falso de la campana de la maestra en la escuela, porque no teníamos timbre solo una campana que le habíamos quitado a una Vaca vieja que era propiedad de don Mario el papá de mi amigo. Con esa nos marcaban el inicio el descanso y el fin de las clases. Pero Bien Me desvié un poco, Sonó la campana y agitados más por la curiosidad que por la prisa, nos dirigimos a la huerta para reunirnos y esperar a German que llegaría del Colegio con sus Padres, digo, sus Papás.
Todos estábamos ya en espera y mientras pasaba el tiempo peinábamos nuestros caballos y les limpiábamos el delgado cuerpo sin panza. Nos mirábamos uno al otro y no decíamos nada, solo esperábamos.
La calle era reseca y Pedrosa, Oiríamos el ruido del caballo de German cuando se acercara. Y entonces escuchamos unos sonidos raros, como cuando arrastras unas latas de soda o refresco, pero golpeteaba. Todos sentados en sus respectivas piedras nos quisimos levantar, pero ninguno tuvo el valor de demostrar su ansiedad, Se vería mal que fuéramos tan interesados. Pero como siempre el más débil se paró repentinamente y corrió a la cerca para ver y descubrir lo que todos veríamos en los próximos segundos.
Ahí estaba German arribando al club en su caballo vallo. Un caballo original de madera labrada con todos los detalles marcados y un barniz pulido que lo hacía brillar. Un cuerpo lizo con acabado en color caoba y al finas dos pequeñas Llantas que evitaban arrastrar su cola.
Impresiono a todos ya que todos lanzaron sus escobas para ir a ver a ese ejemplar que no había duda, era un verdadero caballo de juguete.
Su clin fibroso y plástico negro lo hacía lucir un pelo de verdad y no había rastro de polvo en él.
Perdí en unos segundos el liderazgo de mi grupo, mi caballo escueto de pelo y con muchas cicatrices lucia apenado al lado del Vallo de German, pero había algo que aún me daba mucha confianza, mi caballo tenía un corazón de acero.
Esa tarde todos olvidaron la votación y casi al instante estaban aceptando la unión del nuevo socio, pero yo aun debía reorganizar las reglas.
5 minutos más tarde y después de ver el asombro de los socios, German Elevo su nivel de arrogancia y comenzó a retarme poniendo en mal a mi caballo Pinto y a los otros caballos polvorientos. Hasta mi amigo Mario que era mi mano derecha había cambiado ante el interés de montar un momento aquel ejemplar.
Y entonces rompió el silencio recordando una de las reglas.
<, Ahora hay un caballo mejor que el de todos, creo que eso le da el derecho a German de tomar el puesto de jefe>> Exclamo.
Todos asintieron cegados por el interés, pero yo debía buscar entre nuestro estatuto de 3 reglas la repuesta a su petición.
<< Momento>> Exclame asombrado por la petición de Mario << Aún faltan 2 reglas que debe cumplir para merecer ese puesto.
Todos habíamos acordado las reglas desde que empezó este club y no podían negar que tenía razón.
<< Y cuáles son esas dos reglas que dices>> Pregunto German Mientras sostenía su Caballo con sus piernas y cruzado aun de manos.
<< Sereno moreno>> replique << La segunda regla es una competencia>> Agregue y continúe.
<< Si me ganas la Carrera tendrás otro punto a tu favor>>
<< Y ¿Cuál es la tercera?> pregunto de nuevo.
<< Cuando Pases la segunda prueba te lo diré>>
<< Pues pa´ luego es tarde>> dijo German.
No puedo negar que tuve que pasar saliva en ese momento, A parte de llegar montado en su ostentoso caballo llevaba puesto un traje de Boy Scout, señal de que sabía lo que decía.
<< Al mal paso darle prisa decía mi abuelo, y pa' pronto nos acomodamos apuntando nuestros caballos hacia la calle.
Había que recorrer toda la orilla de la huerta entre zanjas de riego y monte espinoso Fango y maleza. Y el primero en regresar al punto inicial será el ganador.
Sentí escalofrió de nuevo al ver sus zapatos tenis cerrados con agujetas gruesas, ya que mis tremendos huaraches eran ventilados sabía que sufriría el ataque de la maleza y uno que otro roce en el barro de las zanjas.
Ya había aceptado el reto y no tenía más que decir.
Colocados de frente a la salida entre un árbol de tamarindo y una palma nos convertimos en D-jakes y nuestros pies comenzaron a raspar el suelo tratando de intimidarnos uno al otro.
Alejandro que siempre quedaba sin caballo era el réferi y levanto la vara que nos haría pelear por el título de la segunda regla.
Nuestras respiraciones se comenzaron a notar antes de que se diera la señal y vi entonces algo de temor en su cara, pero sabía que no iba a dejar pasar la oportunidad.
Alejandro levanto la vara de ciruelo y pasaron los segundos más largos de la tarde. Vi como en cámara lenta su brazo bajaba con fuerza hasta tocar el suelo y salimos despavoridos agitando y empujando nuestros caballos. Las ruedas del Caballo vallo hacia un ruido estruendoso al deslizarse y mi caballo pinto sacaba una ola de tierra del suelo mientras aumentábamos la velocidad. En los primeros segundos nos mantuvimos parejos y sin dejar de ver el camino trillado por las viejas carreras acelerábamos al máximo.
Pasamos la primera valla de hierba y había que brincar la primera zanja Entonces, Note que su caballo no era tan pesado como el mío, Salto como si hubiese sido empujado por un resorte. Me saco ventaja y lo vi adelante de mí. Cada segundo se convirtió en una hora para mí al ver que delante de mí me bloqueaba el paso.
En ese momento adivine su estrategia. Pretendía dejarme ciego en la carrera y lo logro...
En la segunda zanja no pude calcular el salto y caí dentro. El tiempo se detuvo y sentí que mi corazón también. Todo lo vi perdido, pero debía levantarme, aun creí poder alcanzarlo. Justamente sabía que su ventaja era enorme y mis ojos me traicionaron, yo me negaba a aceptarlo pero estaba perdiendo, Sin conciencia de ello siento como el coraje me rompía una lagrima y mojaba mi mejilla, si! porque no, También los hombres saben llorar, pero por dentro.
Corrí como nunca lo había hecho. Apreté el cuerpo de pinto y sentí el fuego en mis pies, el frio en mi piel y el zumbido de mi pecho. Brinque las 3 zanjas restante y en la última recta para llegar alcance a German. Mi corazón estaba a punto de salir y unos metros antes de llegar... Me detuve, no podía más y perdí la carrera.
Nunca antes nadie más me había ganado, si sabes cómo se siente eso ¿no?
Camine entonces despacio después de agarrar aire y llegue orgulloso a la meta.
Todos mis amigos me observaban sin decir palabra. Algunos Tristes y otros confundidos. En la trifulca y los gritos se había acercado mi tío Lorenzo y varios vecinos, algunas amigas y otros cuantos mirones y me habían visto Perder con un desconocido aun.
Cansado pero sonriente German bailaba con su caballo, Sabía que estaba cerca de quitarme mi club. Para cualquier líder eso es una gran desgracia, pero tenía aun mi última Regla activa y decidí darle tiempo de festejar.
Increíblemente nadie del barrio que vio la carrera festejo. Les había dado pena y comenzaban a retirarse. Entonces tome fuerza y Grite.
<, ¿A donde van todos Mirones?, ¡esto todavía no termina!>>
Se quedaron quietos y regresaron a la cerca donde se habían acomodado.
<, Aun quieres más>> Arrogante de nuevo German me reto.
<, Ya déjalo así. perderás de nuevo >. Desia mientras su sonrisa tatuaba su cara.
<< Aun te queda la última prueba Bato> Exclame un poco molesto por su arrogancia.
<< Dime pues de que se trata>> Exclamo de nuevo
<< La tercera regla es...>> Agregue mientras la sonrisa de German se apagaba.
<< Pelea de caballos>> Exclamé.
< Replicó Germán
<,Los Caballos no pueden pelear>>
<< ¡Claro que si!>. Dije mientras bajaba de mi pinto y lo colocaba con la cabeza abajo.
<>
Hacia mucho que no había un enfrentamiento de caballos y esto puso al grupo eufórico.
Más vecinos se habían dado cita al rededor de la cerca que se había convertido en algo asi como una arena romana al rededor de la huerta.
Los miembros del grupo tomaron sus lugares montados en sus caballos e hicieron un circulo para limitar el área de combate.
Germán vio en mi Caballo pinto un débil contrincante ya que su caballo era de cuerpo grueso y pulido. Sonrío y exclamó.
<< Bueno,. SI quieres volver a perder, es tu bronca.>> Ya comenzaba a hablar como un socio.
Todos los Reunidos incluyendo a mi Tío Lorenzo estaban recargados en la cerca y parecían apostar entre risas y bromas. Algunos Le aconsejaban a Germán y Otros más me levantaban el pulgar de lejos para animarme.
Se bajo entonces Germán de su caballo, Giro el cuerpo con la cabeza brillante hacia sus pies y con un movimiento de rosca como cuando cierras una llave desprendió las ruedas metálicas de su caballo bayo. Lo recargo en la palma y se agacho hasta tocar el piso con las manos, levanto un poco de tierra y se polvio las palmas, sabía bien lo que hacía. Yo solo recargue a pinto en mi hombro y escupí mis manos, los dos calculábamos bien el agarre de nuestra espada.
Entonces Todo estaba Listo, todo quedo en silencio por unos segundos y justo antes de comenzar se acerco Felipe el ranchero de la hacienda grande.
Felipe ya era un adulto, pero cuando era chico también perteneció al Club antiguo y sabia bien las reglas. Se acerco en medio de los dos y exclamo.
<< Bien señores, la regla es que no hay regla sobre como hacer rendir al oponente, pero no esta permitido golpearse La cabeza y el Estomago, si alguno tiene oportunidad puede azotar al contrincante en Piernas , Brazos y espalda , solamente!. Si alguno no respeta la regla será descalificado y perderá por decisión y desobediencia.!>> nos miro a los ojos y agrego. << ¿Están completamente seguros de esto?>>
Ninguno de los dos podíamos humillarnos y ceder la victoria, así que callamos y con ese silencio otorgamos el si y el inicio de nuestro enfrentamiento,
<< Tres pasos atrás!!>> Exclamo Felipe que tomo el papel de réferi.
<< Levanten sus espadas>>
Se alejo unos cuantos metros, levanto el brazo derecho y Grito.
<< ¡Ahora!>
Abia ya acumulado la adrenalina suficiente y con el primer chasquido de maderas hastillantes comenzó el combate.
<< En la cerca Los vecinos atentos se habían dividido y las porras afinaban sus gargantas!!
En los primeros choques de las espadas de madera las astillas rasgaban sus pieles. Mis manos pegadas al cuerpo de mi arma , se enfriaban cada que la espada de caoba lisa se acercaba a mis nudillos, German Apretaba los dientes y lanzaba un sofocado respirar. Forcejeábamos con las armas cruzadas en lo alto de nuestras cabezas empujando nuestras manos y tratando de buscar el descuido del oponente. De pronto German me mostro un espacio entre su hombro descuidado. baje la tensión de mi brazo izquierdo y lo hice perder el equilibrio y deslizarse por la inercia hacia un lado y al pasar desorientado Gire mi arma de palo fierro y atine un golpe en el hombro que le causo dolor y coraje.
MI tío Lorenzo en sus platicas de juventud contaba las batallas de sus días de pandilla y decía que cuando mas enojado estuviera tu enemigo, mas posibilidades tenia para perder, Pero este maldito German tenia muy buenos reflejos y un buen azote marcado en el hombro, así que debía hacerlo enojar aun mas,
Después de haber recibido el impacto regreso a toda velocidad y me lanzo mas de no se cuantos sablazos, su rostro rojizo mostraba desesperacion por no poder emparejar el dolor y tiraba por todas partes con rapidez. Yo seguia disfrutando de su rabia pues no sentia nungun dolor aun. pero no paso mucho antes de emparejar el dolor, al regresar con sus sablazos torpes y veloces Golpeo mis nudillos y senti un frio intenso en mi cabeza, seguro que me habia sangrado pero no tenia tiempo para revisarme.
Lanzo un sablazo prohibido a la altura de mi cabeza como si me la quisiera cortar y cuando vi la intención tome precauciones. Abrí mi compás y baje rápidamente para evitar su lanza que paso como guillotina horizontal. El viento sobre mi nariz susurro el peligro y cuando el peso de su espada lo hizo girar me dejo ver su amplia espalda que lucia irresistible ante mi Espada moteada.
Cerré el compás y antes de que se diera cuenta le recete un nuevo azote bien colocado entre el hombro y la cintura que le dibujo la textura de mi Arma.
Doblo las piernas y callo hincado mientras lanzaba un gemido sofocado. Y yo aun en movimiento Levante mi Espada. German Encajo la suya al caer en vertical en el suelo para sostenerse y dejo todo el perfil de su espada descubierto.
Había sido difícil enfrentar a Germán Sin escudo porque todos los golpes indirectos impactaban en mis manos y el peso de mi espada me estaba triturando los brazos, pero era el momento que había esperado durante las mil horas que sentí que duro el enfrentamiento.
Sin perder un segundo ni calcular el cansancio deje caer de nuevo mi pedazo de palo fierro que parecía un marro demoledor. Girando en el aire vi la mirada de Germán que volteaba lentamente y al mismo tiempo abría sus ojos aterrado.
Mi Caballo pinto convertido en espada paso certero al centro del cuerpo de su Espada caballo y Se impactó con el peso macizo de una espada verdadera. Trozos de astillas y dedazos de madera fina explotaron frente a los ojos de Germán y a los del público presente que dos segundos antes quedaron mudos ante la escena,
Una vez trozado el cuerpo del Caballo fino, Germán no encontró apoyo y callo de frente como un soldado acribillado. Adolorido y con la arrogancia maltratada. Se quedo ahí en el suelo un momento.
Todo era silencio u se sentía una tensión inmensa. Sabia que se levantaría y seguiría el combate cuerpo a cuerpo porque le había destruido su orgullo.
Entonces se incorporo con la cabeza inclinada y lentamente se sacudió la tierra de su limpio Traje de boy Scout, Levanto la vista y Me miro sin decir una palabra. Todo seguía en silencio y de pronto.
Su rostro cambio dibujando una sonrisa que se convirtió en carcajada,. Se acerco y extendió su palma.
<>
<< Y porque te ríes Guey, su te pegue una madrisa>> conteste confundido
<< Bueno>> Agrego. <>
<< Eres un Cabrón German, pero eres buena onda>> Respondí sintiendo un gran alivio y Soltamos la risa con los cuerpos entumidos y lastimados.
Tuvimos otras peeas, pero era buen perro decia yo. Todo puede suceder cuando se es niño
Asi era, Mi Club De caballos .